La televisión debería ser consumida por niños y adolescentes de forma racional: tiempo razonable y contenidos controlados por la familia. No toda la televisión que se consume es igual. No obstante, existe falta de ética en mucha de la televisión que consumen o pueden consumir nuestros hijos; se transmiten modelos sociales que en vez de empujarlos a crecer y socializarse de forma saludable inciden negativamente en su autoestima y ocupa un tiempo que debería ser utilizado de forma más positiva para ellos.
En resumen, menos televisión y de mayor calidad. Debemos proteger a nuestros hijos de una sociedad que busca consumidores para vender sus productos y servicios y no se preocupa -en general y por encima de todo- de los intereses de los menores.
A continuación, presento un resumen de una interesante investigación que demuestra que muchos y deficientes contenidos televisivos reducen la autoestima de nuestros hijos, vulnerables a las garras de las sociedades de consumo.
Se trata de un estudio longitudinal llevado a cabo por Nicole Martins, profesora asistente de telecomunicaciones de la Universidad de Indiana y Kristen Harrisson,
profesora de estudios de la comunicación en la Universidad de Michigan,
en el cual se observó una muestra estadounidense de 400 estudiantes
preadolescentes blancos y negros durante un período de un año. El
estudio se centró en la correlación entre el tiempo que pasaban viendo
la televisión y el impacto en su autoestima.
Los resultados de la investigación, publicados en Communication Research
(revista americana bimensual que publica artículos relacionados con el
estudio de los procesos de la comunicación dentro de una amplia gama de
sistemas sociales), revelan que una larga exposición frente a la pequeña
pantalla puede jugar un rol significativo en los niños, sintiéndose peor a largo plazo, ya que no pueden evitar compararse
con lo que ven en ella. Concretamente, el estudio señala que es más
probable que disminuya la autoestima en los chicos y chicas negros, y en
mujeres jóvenes blancas, apareciendo el efecto contrario en jóvenes
blancos.
Estos resultados se relacionan con los estereotipos y los mensajes
que recibe cada uno al respecto. En relación con los varones, los
personajes blancos suelen tener posiciones de poder, una buena
educación, y una vida "maravillosa", pudiendo conseguir todo lo que se
propongan. En cambio, los chicos negros, suelen aparecer en muchos
programas caracterizados como delincuentes o como "bufones",
transmitiéndoles el mensaje contrario: que no pueden aspirar a grandes
cosas.
En cuanto a las chicas –tanto blancas como negras-
suelen aparecer en la televisión con personajes cuyo rol es bastante
simplista y su éxito suele deberse a su aspecto más que a sus logros.
Estas investigaciones muestran como el hecho de pasar
tanto tiempo frente a la pantalla puede privar a estos adolescentes de
la oportunidad de explorar otras cosas y disfrutar de otras actividades en las
que son buenos y que podrían aumentar significativamente su autoestima.
Fuente: Infocop online Fecha: 11/10/2012
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