jueves, 7 de febrero de 2013

La medicina de la SOLIDARIDAD. Visión de Jorge Luis Tizón, psiquiatra.

Jorge Luis Tizón en Sant Jordi, presentando "El poder del miedo"
He centrado las últimas entradas de este blog en la salud: ¿por qué este interés? Porque los hábitos que enseñemos a nuestros hijos en las primeras etapas de su vida les acompañarán para siempre

Hoy les traigo un interesantísimo articulo, en dos partes, de Jorge Luis Tizón, psicólogo, médico, psiquiatra y neurólogo. Este reconocido docente, profesional e investigador, curtido en los equipos de salud del barrio de La Mina (Sant Adrià de Besòs), y una de las voces más acreditadas en la psiquiatría española nos recomienda una medicina: la medicina de la solidaridad. En los artículos que adjunto a esta entrada, el Dr. Tizón aborda el valor de la solidaridad, las redes sociales y las relaciones ricas y saludables, analizando cómo influencian en el bienestar personal y la salud. Esta mirada científica avala el gran valor que tienen iniciativas como las de los Bancos de Tiempo, participación en entidades o grupos de interés o un simple (y poderoso) grupo de personas que se reúnen para caminar juntas a diario. 


 
Contenido del artículo

Salud mental, ciudades y urbanismo Tizón, J. L. (2006). Sobre Psicosomática y Psicodinámica de la vida urbana. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 26(1), 09-29. (139k, 21 páginas)


La cohesión social protege nuestra salud física, mental y emocional. Si estamos unidos a aquellas personas que nos rodean, podemos afrontar mejor aquello que perturba nuestra existencia. A lo que une algo no menos importante: la felicidad procede, en gran parte, de la relación cordial que mantenemos con las personas de nuestro entorno. 

Otro factor fundamental para la salud física y mental es la necesidad de sentirnos iguales a los demás, la necesidad de justicia y de equidad. Para ello es fundamental la igualdad social, ya que -en su contra- la desigualdad es uno de los factores de riesgo más grave para determinadas enfermedades, especialmente para las enfermedades cardiovasculares, "particularmente, si esas desigualdades son vividas con la desesperanza de que nada ni nadie será capaz de superarlas, cambiarlas o saltarlas... En definitiva, si se ha perdido el control sobre la propia vida y la esperanza de recuperarla". ¿Les suena? No deberíamos olvidar que España es uno de los países de la Unión Europea  con mayor desigualdad social... y grandes índices de POBREZA. Las cifras aún ocultan que un 30% de niños en Barcelona viven en la pobreza. ¿Tenemos todos las mismas oportunidades? Tizón sigue poniendo en evidencia:

 "Roseto y Whitehall concretaban aún más el fenómeno: una red social activa, una conciencia de solidaridad y camaradería, unas metas sociales compartidas por las cuales luchar, pueden tener más trascendencia para la salud pública que legiones de médicos, sanitaristas y planes sanitarios.(...) En el mismo sentido suelo afirmar que la medicina de la solidaridad podría ser la medicina más barata y potente de la sanidad y la farmacopea contemporáneas."

Especialmente en tiempos de crisis -tiempos de vulnerabilidad- desde la familia, pueblos, barrios y ciudades y -también- desde las escuelas, podemos cultivar mucho más y con mejor calidad las relaciones sociales para favorecer la inclusión de todos y todas. Para ello, hacen falta -y funcionan mejor- acciones en las que todas las familias, según sus intereses y características, se sientan involucradas y cercanas, acciones próximas a sus vidas, necesidades e intereses. Por ello, las iniciativas que pretendar fomentar las redes de solidaridad y participacion, han de ser ricas y variadas y, a ser posible, generadas desde la vida de las propias personas a las que querríamos movilizar o atender. 

Roseto: pueblo saludable por efecto de la solidaridad

Los habitantes de Roseto, en las montañas de Pocono (Pensilvania, Estados Unidos) mostraban índices de enfermedades cardiovasculares de las más bajas de los Estados Unidos. Por este motivo, a lo largo de 50 años se investigó la causa: no era la alimentación, eran las relaciones de buena vecindad las que mantenían a raya el colesterol, la hipertensión y los problemas cardiovasculares. Era la calidad de su vida social, explicada per la convivencia intergeneracional (la cual protegía a las personas de las enfermedades, paro, delincuencia, etc..); por la calidez de las relaciones  en el pueblo (saludarse, interesarse auténticamente por los demás, conversar, escucharse mútuamente,... ); por la pertenencia a grupos, clubs sociales, por participar en bailes sociales, comidas compartidas, ... y por una sociedad igualitaria: no existía ostentación de riqueza y todo el mundo tenía una vida más o menos similar. Pero, con el paso del tiempo, cuando estas condiciones de buen vencindario cambiaron, Roseto pasó a compartir con el resto del país los mismos factores de riesgo, de enfermedad y descenso de la calidad de vida. 

Un interesante capítulo del libro Fuera de serie (Outliers), de Malcolm Gladwell, explica la muy muy interesante historia e investigaciones realizadas en Roseto con una narrativa agradable (pdf 985k, 16 páginas)

El artículo continúa analizando peculiaridades del barrio de La Mina. Les recomiendo leer con detenimiento el artículo, da que pensar. Si solo les interesa conocer un poco más la historia de Roseto, leer entre las páginas 3 y 5.

Segunda parte: más sobre la protección de la salud mental y el equilibrio

Salud mental, ciudades y urbanismo: segunda parte. Tizón, J. L., Dal Cin, A., & Mesones, J. D. (2006). Salud mental, ciudades y urbanismo: 2. Planificación regional y salud mental. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 26(2), 49-69. (60k, 21 páginas)

En la segunda parte de este artículo, Jorge Luis Tizón analiza la importancia de los elementos protectores y contenedores de la salud mental: 
 
"Uno de los elementos que más ayudan en la contención del sufrimiento mental producido por las circunstancias externas (o internas) es el buen funcionamiento corporal o incluso el uso del cuerpo como "segunda piel contenedora" (hacer ejercicio, si puede ser en grupo, mejor). El contacto y el apoyo de la familia es uno de los niveles de contención de la tendencia al desequilibrio más conocidos e incluso aún más usados en nuestra cultura. A las personas más vulnerables o sometidas a circunstancias más desequilibrantes, no les bastará con el contacto interno con las vivencias y recuerdos de tales seres que ayudan a soportar y elaborar el sufrimiento mental. Precisarán, además, si ello es posible, del contacto real con esas personas reales. Las redes sociales son medios privilegiados para contener de forma no especializada el sufrimiento mental y la hiperfrecuentación sanitaria. El nivel de atención profesionalizada debería ser utilizado como recurso final por los sujetos y grupos sociales cuando los niveles anteriores no son suficientes o fallan.
 
En conclusión 

...Y como afirman diversos investigadores, divulgadores científicos y profesionales de prestigio internacional, debemos reforzar aspectos que facilitarán que tengamos una buena vida, que nuestra salud mental esté protegida, que nuestros hijos crezcan más sanos y felices y que se desarrollen factores de resiliencia:

1. Haz ejercicio. Puedes jugar activamente con tus hijos, ir a caminar con un grupo de amigos/as o practicar actividad física o deportes. y
2. Mantén el contacto con tu familia y amistades y facilita encuentros. Nutre y enriquece los lazos con ellos. Garantiza un buen capital social reforzando la relación intergeneracional. Lleva a tus hijos a ver a la familia, haced más comidas y encuentros familiares. Salid a la montaña todos juntos.

3. Nutre y desarrolla tus redes sociales. Cocina con otras personas, cose en grupo, juega a la petanca, participa en un grupo de lectura, intégrate en alguna comisión de tu escuela ... nutre tu vida social y la de tus hijos e hijas.
4. Si todo ello no funciona para estar en paz y ser feliz, es posible que debas pedir ayuda a un profesional.




Más sobre Jorge Luis Tizón

Canal Youtube, Jorge Luis Tizón.

Algunas publicaciones de interés para el público general: 

El poder del miedo. También pueden consultar entrevista de La Vanguardia, 25/2/2013.
Pérdida, pena, duelo 
Días de duelo: encontrando salidas

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