miércoles, 5 de diciembre de 2012

El 60% de los niños españoles no duerme las 10 horas recomendadas

Fuente: http://www.newscenter.philips.com
La falta de horas de sueño entre nuestros niños, así como el abandono de la saludable dieta mediterránea y la disminución de la actividad física son terribles frentes que amenazan la salud y el bienestar de nuestros hijos. Peor descanso, peor dieta y menos actividad física se traducen en peor salud, peor rendimiento académico, mayores dificultades para regular la conducta, mayor déficit de atención, aumento de la obesidad y prematuro deterioro físico y cognitivo en la edad adulta. Los pilares del futuro se construyen ahora: abandona tu cuerpo y tu cerebro irá detrás. La salud del cuerpo es la salud del cerebro y la salud de ambos construye nuestra calidad de vida. No se trata tanto de vivir muchos años como de vivir una vida con bienestar y salud. A ello les estamos enseñando ahora: los hábitos adquiridos en la niñez se convierten en los pilares, firmes o no, del resto de la vida. Todo puede ser mejorado más tarde, pero si hacemos lo que más conviene a nuestros hijos les ahorraremos muchos esfuerzos, dejándoles en el día a día una gran herencia: BUENA SALUD FÍSICA Y MENTAL. 

A continuación, transcribo una noticia difundida por Europa Press, en la cual se explica la presentación que hizo el Doctor Diego García Borreguero sobre el programa I have a dream de Philips, cuyo objetivo es el de impulsar buenos hábitos de descanso. Recomiendo descargar la imagen que ilustra esta entrada: contiene indicaciones sobre el descanso que vale la pena tener presentes.  La entrada anterior del blog contiene más información sobre el sueño infantil y los trastornos asociados. 

Y recuerden: garantizar suficientes horas de sueño a nuestros hijos mejorará su vida cotidiana, sus aprendizajes y su desarrollo.

Influencia del sueño en el aprendizaje

Mattew Walker, profesor de la universidad de Berkeley, llevó a cabo diversos estudios sobre el sueño y el aprendizaje. Una de sus conclusiones, es que el mecanismo del sueño es necesario para limpiar la memoria a corto plazo, dejando espacio para nuevas experiencias y recuerdos. Durante el sueño, también, las experiencias y aprendizajes del día que no son eliminados pasan a formar parte de nuestra memoria a largo plazo. Por ello, es necesario dormir en tiempo y calidad de forma adecuada a las diferentes edades para consolidar aprendizajes y experiencias. También la siesta entra en esta categoría. Después de estudiar, leer o practicar algo nuevo, una buena siesta ayuda a consolidar lo aprendido. Otros estudios ratifican las afirmaciones de Walker: una siesta de 20 minutos mejora el rendimiento en un 34% y el estado de alerta en un 54%. Otro intersante recordatorio que nos hace Walker es sobre el tema de estudiar la noche anterior a un exámen, nos recuerda que no es muy buena idea. Los estudiantes que pasan la noche anterior al exámen estudiando reduce la capacidad de aprendizaje en un 40%. Por tanto, mucho mejor es enseñar a nuestros hijos a planificar bien el tiempo y ayudarles a seguir la planificación establecida para no tener que pasar la noche anterior estudiando.  

Según el profesor Sergio Mora, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile:

"La falta de sueño es perjudicial para el cerebro porque no descansar entorpece la concentración, dificulta el aprendizaje y aumenta la impaciencia y la irritabilidad. Sin embargo, igualmente de perjudicial es el abuso de horas de sueño. Nueve horas diarias de sueño para un adulto tiene el mismo riesgo que dormir menos de seis." Ni lo mucho, ni lo poco, en el punto medio se encuentra la virtud. En referencia a los estudios llevados a cabo por Jane Ferrie y colaboradores, del University College de Londres,  recuerda:
"Los autores concluyen que dormir muy poco o demasiado puede provocar disminución de la función cerebral. En concreto, dormir menos de seis horas o más de ocho horas puede envejecer el cerebro hasta un total de siete años".

En resumen, según Sergio Mora: los niños de entre 4 y 6 años de edad necesitan entre 10 y 12 horas de sueño. Los niños de entre 6 y 12 años, entre 9 y 11 horas de sueño. Los adultos deberíamos dormir entre 7 y 8 horas diarias.  

"Controlar la luminosidad es la clave para tener un ciclo de sueño adecuado"
  El 60 por ciento de los niños españoles no duerme las 10 horas recomendadas y, de ellos, el 30 por ciento tiene síntomas de somnolencia diurna, advierte el director del Instituto de Investigaciones del Sueño, el doctor Diego García Borreguero, con motivo de la presentacióneste miércoles del programa educativo 'I Have a Dream' de Philips con el que se pretende impulsar buenos hábitos en este campo.

  De este modo, este experto ha subrayado la importancia que cobra dormir las horas estipuladas durante la infancia, pues "el crecimiento del sistema nervioso depende de cuantas horas se duerma". Además de que "no dormir lo suficiente" predispone a la diabetes y obesidad. "No dormir lo suficiente va a cobrar un precio", ha advertido.

  Asimismo, durante la primera hora de sueño se produce el 60 por ciento de la secreción total de la hormona de crecimiento. En general, "el sueño juega un papel fundamental en muchas esferas del desarrollo infantil tales como la conducta, el rendimiento escolar y el crecimiento", ha señalado.

  Sin embargo, García Borreguero ha lamentado que, desde 1985 hasta la fecha, la hora de acostarse se ha retrasado unos 30 minutos. "Existe la tendencia creciente a que se acuesten cada vez más tarde", ha remarcado.

  En este sentido, el director del Instituto de Investigaciones del Sueño ha señalado que el 66 por ciento de los niños de entre 10 y 15 años deciden ellos mismos la hora a la que se van a dormir. En este fenómeno, ha dicho, juega un importante papel la exposición a la televisión por la noche, "que va a mandar una señal errónea al cerebro" y, de esta manera, el niño va a estar más tiempo en vigilia.

  De este modo, al dormir menos horas, el niño, durante el día, está "más disperso", aprende "peor", lo que puede dar lugar al síndrome de déficit de atención. Además de que el niño está más "irritable" y cuenta con dificultades a la hora de relacionarse con los demás.

  Por ello, este experto ha subrayado la importancia de que, desde pequeños, establezcan unas rutinas "que favorezcan el sueño", ya que dormir mal durante la infancia "predispone a los trastornos del sueño" en la vida adulta. "Las alteraciones del sueño son frecuentes en la edad infantil y,a diferencia de lo que ocurre en el adulto, afectan también y de manera intensa a la calidad de vida de su entorno familiar", ha insistido.

IMPORTANCIA DE LA LUZ

  Unos buenos hábitos de higiene del sueño pasan por utilizar la luz natural siempre que sea posible, apagar las luces que nosean necesarias e intentar no recibir luz en los ojos directamente. A este respecto, este experto ha asegurado que la importancia que juega la luz a la hora de fomentar el sueño "está menos explorada" pese a que existe más documentación científica.

  En este sentido, ha puesto como ejemplo a padres que acuden a la consulta explicando que sus hijos padecen el síndrome de fase de sueño retrasada, al acostarse a las 3 ó 4 de la mañana. Entonces, la primera medida que establecen los profesionales es la de colocarles unas gafas oscuras y exponerles a luces a "determinada distancia" por las mañanas.

  Se trata de que el organismo reciba luz a primera hora de la mañana y oscuridad por la noche, pues la secreción de melatonina, sustancia liberada en el cerebro en condiciones de oscuridad, fomenta el sueño. "Jugando con la luz y oscuridad se adecua el sueño de los niños", ha insistido.


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